El cine pornográfico ha pasado de ser un producto comprado a hurtadillas, a venderse en los quioscos con la prensa diaria. La Piel Vendida pretende abrir una ventana a un cine que todos hemos visto pero que casi nadie conoce, y lo quiere hacer -desde la cotidianidad- a través de sus protagonistas: Sus actores, actrices, directores, productores… nos cuentan su profesión desde las luces y las sombras de un cine que a fuerza de ser explícito en sus imágenes y temáticas, permanece oculto en sus motivaciones: las del espectador y las de sus protagonistas.
Una cámara de vídeo, un sofá y una novia. Eso es todo lo que se necesita para rodar una película porno. Lo dice José María Ponce, director estrella del género.
La industria cinematográfica de películas para “adultos” maneja cifras millonarias, la rentabilidad es total: costes ínfimos, rodajes brevísimos y distribución masiva. Actores (sorprendentemente lúcidos), directores, productores y distribuidores, todos opinan, intercambian trucos, métodos de trabajo y comentan la doble moral del género que exhibe planos clínicos pero no permite fumar.
La industria cinematográfica de películas para “adultos” maneja cifras millonarias, la rentabilidad es total: costes ínfimos, rodajes brevísimos y distribución masiva. Actores (sorprendentemente lúcidos), directores, productores y distribuidores, todos opinan, intercambian trucos, métodos de trabajo y comentan la doble moral del género que exhibe planos clínicos pero no permite fumar.
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